Antonio Lucas L. G., de 48 años, lleva en prisión desde enero de este año, cuando fue detenido por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil a bordo de una embarcación de recreo cargada de hachís. El próximo mes está previsto que sea juzgado por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, acusado de un delito contra la salud pública.
Sin antecedentes hasta la fecha, este vecino de Chipiona se juega una pena de cinco años y dos meses de prisión que solicita el Ministerio Público. Además el fiscal pide también una multa de 2,7 millones de euros. En caso de ser sentenciado a una pena inferior a los cinco años, la Fiscalía invoca a la responsabilidad personal subsidiaria para que, en caso de impago de la multa, se le imponga un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias no satisfechas. El tribunal, previa conformidad con el acusado, podrá cambiar los días de privación por trabajos en beneficio de la comunidad.
El procesado fue sorprendido el pasado 26 de enero por agentes de la Guardia Civil a su llegada al puerto de Rota. Tripulaba una embarcación de recreo, de nombre Blanca Paloma, en la que transportaba 663 kilos de hachís. Según el escrito de acusación del Ministerio Público, la mercancía ilícita, tras el análisis del nivel de THC de la sustancia aprehendida, habría alcanzado un valor de mercado próximo al millón de euros.
El mismo escrito señala que el Instituto Armado estaba siguiendo los movimientos del Blanca Paloma después de haber recibido información sobre el posible uso de esta embarcación de recreo como medio de transporte de sustancias estupefacientes.
El pasado 26 de enero, el Servicio Marítimo del Instituto Armado esperó a que el barco llegara al puerto de Rota. Cuando tocó tierra, efectuaron un registro y hallaron la mercancía oculta en cuatro portillos situados en ambos costados de la nave.
Fuente LaVozdeCadiz
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