La colección Carmen Thyssen-Bornemisza recoge tres cuadros con estampas de la localidad, de la mano de los pinceles de Ricardo Verdugo Landi y Guillermo Gómez Gil.
En el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza se encuentran tres obras pertenecientes a la colección Carmen Thyssen-Bornemisza en la que se recoge estampas de la localidad, de la mano de los pinceles de Ricardo Verdugo Landi y Guillermo Gómez Gil.
La Delegación municipal de Turismo ha podido comprobar que los citados cuadros representan claramente imágenes emblemáticas y muy reconocibles de la localidad que se centran en la línea de costa que abarca la zona del Rompidillo, el puerto pesquero y los perfiles del Castillo de Luna, la parroquia de Nuestra Señora de la O y las casas blancas.
E
l cuadro Buscando conchas en la playa de Ricardo Verdugo Landi pintor y dibujante español nacido en Málaga en 1871, muestra una vista del roteño Muelle viejo, con la playa de La Costilla al fondo, y recoge una actividad social que se iba imponiendo en el país desde principios del pasado siglo XX, como era la del veraneo, en la que la localidad de Rota fue pionera.
Según Teresa Sauret Guerrero, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Málaga el discurso del cuadro es en realidad el de la atmósfera y la luz, el de la inmediatez de lo registrado, el de la fuerza del color y de las manchas constructivas, dejando en un segundo plano las anécdotas que se desarrollan en ese espacio, desde las protagonizadas por los personajes que ocupan el lugar a las puramente físicas que determinan la personalidad del territorio.
Por otra parte, Rota también se puede observar en el Museo Carmen Thyssen-Bornemisza a través de Paisaje Costero y Marina del pintor Guillermo Gómez Gil nacido en Málaga en 1862. Según Teresa Sauret, la temática habitual de este pintor consistía en la pintura de marinas centradas en la variación de la luz, tomadas desde un punto poco elevado sobre la orilla, en cuadros que evocaban la inmensidad del mar, dejando resbalar la mirada del espectador sobre la superficie. Ocasionalmente, como es el caso de los dos cuadros citados, la silueta de la costa nos desafía a identificar el lugar, que no es otro que Rota.
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